Comer, rezar, amar

Comer, rezar, amar Liz tenía todo lo que una mujer actual puede soñar: un marido, una casa, una exitosa carrera; pero se encontraba perdida, confusa y buscando lo que realmente deseaba en su vida. Recién divorciada y ante la decisión de qué camino tomar, Liz sale de su acomodada vida y lo arriesga todo, embarcándose en un viaje alrededor del mundo que se convierte en una búsqueda para encontrarse a ella misma. Durante sus viajes, descubre el verdadero placer de la comida en Italia, el poder de la oración en la India y la paz interior y el equilibrio del verdadero amor en Bali. Basada en las memorias de Elizabeth Gilbert.

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Mi critica, Parece mentira que Ryan Murphy, tras su interesante y notable ‘Recortes de mi vida’, y antes de crear ‘American Horror Story’, dirigiera ‘Come, reza, ama’, escrita por el propio Murphy y Jennifer Salt a partir del best-seller autobiográfico de Elizabeth Gilbert, película insufrible donde las haya. Al parecer Gilbert, escritora, sufrió muchos desengaños amorosos y decide marcharse de viaje para encontrarse a sí misma. De esta manera, llega a Italia, luego a la India y Bali para finalmente acabar en Indonesia. Así, Gilbert (Julia Roberts) se pasea comiendo, intentando amar y, a penas, rezando, en una película tan bochornosa como la mayoría de los libros de auto ayuda, con la diferencia que en el caso de ‘Come, reza, ama’ viene mostrado de manera ficcional, lo cual hace de su mensaje (por llamarlo de algún modo) aun más irritante. Roberts intenta lucirse componiendo una mujer inteligente, sensible, culta, que mira a la mierda que la rodea con delicadeza, tanto como la que desprende en los brazos de los hombres. Y en el camino se encuentra a sí misma, al parecer, mientras el espectador se ha perdido ante unas imágenes de vergüenza ajena.