Una guerra privada Marie Colvin (Rosamund Pike) era una periodista reconocida mundialmente por su trabajo en distintos conflictos bélicos. Testigo de algunas cruentas batallas recientes, especialmente de lo sucedido en Oriente Medio, contaba con el respeto tanto de los lectores como de sus compañeros de profesión por su enorme valentía y humildad. Sin embargo, su personalidad era caótica y autodestructiva. Tras recibir el impacto de una granada en Sri Lanka, comienza a llevar un distintivo parche en el ojo mientras se sienta a beber rodeada de la alta sociedad londinense a la que aborrece, hasta que un día recibe una misión extremadamente peligrosa, que acepta junto a su prestigioso fotógrafo de guerra, Paul Conroy (Jamie Dornan). Juntos viajan a Siria para cubrir lo que sucede en la ciudad de Homs, donde aprenderá el verdadero coste de la guerra, tanto física como psicológicamente.
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Mi critica, Como película no es que sea especialmente entretenida. Se hace repetitiva, intenta utilizar situaciones fáciles para intentar conmover sin conseguirlo a mi parecer. Ni los actores ni los personajes convencen, y la historia del personaje principal no termina de «calar».
Y para ser sobre periodismo de guerra se permite ciertas mentiras bien difundidas para avalar el intervencionismo occidental (principalmente anglosajón) en ciertos países, y lo que es lo mismo, la aportación de información sesgada y mediatizada con la complacencia de la periodista. Ahora se entiende la decena de reseñas positivas por la crítica anglosajona.
Los últimos minutos devuelven a la cinta a su punto de origen, un telefilme que más que realizar una biopic busca la lágrima fácil y un posicionamiento político, y que queda claro con la emisión que realiza la periodista al final en Homs y la frase «¿por qué nos abandonaron?». No es casualidad dicha frase y el lanzamiento de la película en 2018 cuando el intervencionismo anglosajón ha errado entre comillas en este último país. No defiendo ni a unos ni a otros, pero lo que sí nunca defenderé es la hipocresía. En el título sí que han acertado, de eso no queda ninguna duda, «A private war».
La culpa es mía, creí que iba a ver algo interesante olvidándome de que era una producción de hollywood. Si realmente te interesan estos temas recomiendo otros documentales sobre fotógrafos de guerra sin edulcorantes fáciles de por medio ni la aprobación del gabinete de comunicación del ejército norteamericano. Y me gusta mucho el cine bélico de Hollywood.